LoboMundo, ¡El Mundo Del Lobo!
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El lobo es una especie de mamífero placentario del orden de los carnívoros. Los lobos fueron antaño abundantes y se distribuían por Norteamérica, Eurasia y el Oriente Medio. Actualmente, por una serie de razones relacionadas con el hombre, incluyendo el muy extendido hábito de la caza, los lobos habitan únicamente en una muy limitada porción del que antes fue su territorio.
El lobo, que es un depredador, se halla en una gran cantidad de ecosistemas. Este amplio territorio de hábitat donde los lobos medran refleja su adaptabilidad como especie, ya que puede vivir en bosques, montañas, tundras, taigas y praderas. Aunque está clasificada como una especie poco amenazada para su extinción, en algunas regiones, incluyendo la parte continental de los Estados Unidos de América, la especie está listada como en peligro o amenazada. Los lobos son cazados en muchas áreas del mundo por la amenaza que representan para el ganado, así como por deporte.
Caracteristicas:
El peso y tamaño del lobo puede variar considerablemente a lo largo del mundo, la altura varía entre los 60 y los 90 centímetros hasta el hombro, y tienen un peso de entre 32 y 70 kilos. Aunque raramente encontrados, especímenes de más de 77 kg han sido hallados en Alaska y Canadá.
Las hembras en una población dada pesan alrededor de un 20 % menos que los machos. Los lobos pueden medir entre 1,3 a 2 metros desde el hocico hasta la punta de la cola, siendo ésta aproximadamente un cuarto de la longitud total del cuerpo.
Los lobos poseen rasgos ideales para viajes de larga distancia. Su estrecho pecho y su potente espalda y piernas facilitan una locomoción eficiente. Son capaces de cubrir varios kilómetros trotando a una velocidad de 10 km/h, pudiendo alcanzar velocidades punta de 65 km/h en una persecución. Mientras corren a gran velocidad pueden cubrir cinco metros por salto.
Patas:
Las patas de los lobos están diseñadas para andar con facilidad por una amplia variedad de terrenos, especialmente nieve. Tienen una pequeña membrana entre cada dedo, lo que les permite moverse por la nieve con más facilidad que a sus presas. Los lobos son digitígrados, y cuentan con patas traseras más largas y un quinto dedo vestigial, solo presentes en las delanteras, siendo sus garras de coloración oscura/negra y no retráctiles. Pelos erectos y garras desafiladas realzan el agarre en superficies resbaladizas, y vasos sanguíneos especiales evitan el enfriamiento de las almohadillas de las patas. Unas glándulas les ayudan a moverse por grandes extensiones mientras informa a los otros acerca de su paradero.
Dentadura:
Los lobos y la mayoría de los perros grandes comparten idéntica dentadura; el maxilar tiene seis incisivos, dos caninos, ocho premolares y cuatro molares. El maxilar inferior tiene seis incisivos, dos caninos, ocho premolares y seis molares. Los cuatro premolares superiores y los primeros molares inferiores constituyen los dientes carnasiales, los cuales son herramientas esenciales para cortar carne. Los largos dientes caninos son también importantes, ya que están adaptados para mantener y contener a la presa. Por tanto, cualquier lesión en la mandíbula o en los dientes puede ser devastador para un lobo, destinándolo a la inanición o a la incapacidad.
Sentidos:
Pueden cazar tanto de día como de noche gracias a su agudísimo sentido del olfato y a su visión nictálope, para poca luz, dado que sus ojos poseen un tapetum lucidum tras la retina. Sus largos y poderosos hocicos ayudan a distinguirlos de los coyotes y chacales, los cuales tienen hocicos más estrechos; y de los perros que generalmente los tienen más pequeños. Los lobos difieren también en ciertas dimensiones craneales, teniendo un ángulo orbital más pequeño que, por ejemplo, los perros (53º estos y 45º los lobos), así como en una mayor capacidad cerebral, siendo la bóveda craneana un 20 % más grande.
Pelaje:
En ocasiones un lobo parece más pesado de lo que realmente es, debido a su voluminoso pelaje, compuesto por dos capas. La primera capa está adaptada para repeler el agua y la suciedad. La segunda es un denso subpelaje resistente al agua que aísla al lobo. Éste se torna en una gran mata de pelo a finales de primavera o comienzos de verano. Un lobo se frota normalmente contra objetos tales como rocas y ramas para fomentar la pérdida del pelaje. El subpelaje es usualmente gris sin tener en cuenta la apariencia del pelaje exterior. Los lobos tienen distintos pelajes en invierno y en verano que alternan en primavera y otoño. Las hembras tienden a conservar sus pelajes invernales más allá de la primavera a diferencia de los machos.
La coloración varía; va del gris al gris marrón, a través del espectro canino del blanco, rojo, marrón y negro. Estos colores tienden a mezclarse en muchas poblaciones para formar individuos predominantemente mezclados, aunque no es infrecuente que un individuo o una población entera sea de un mismo color, normalmente todos negros o todos blancos. El color del pelaje a veces corresponde con el ambiente en el que una población de lobos se desenvuelve; por ejemplo; todos los lobos blancos son mucho más comunes en áreas nevadas. Con el crecimiento van adquiriendo un matiz grisáceo en sus pelajes. Normalmente se cree que la coloración del pelaje del lobo sirve como mecanismo de camuflaje. Esto no es totalmente correcto, dado que algunos científicos han demostrado que la mezcla de colores tiene más que ver con enfatizar gestos, tanto como la sombra de ojos o el lápiz de labios en los humanos.
Gestación:
La gestación de los lobos dura de 60 a 63 días. Los cachorros, con un peso de medio kilo, nacen ciegos, sordos y completamente dependientes. Nacen entre cuatro y seis lobeznos por camada. Los cachorros residen en la madriguera y se quedan allí hasta que cumplen las tres semanas de edad. La madriguera está normalmente en tierras altas cerca de una fuente de agua, y tiene una "habitación" abierta al final de un túnel que puede medir unos pocos metros. Durante este tiempo, los cachorros llegarán a ser más independientes, y comenzarán finalmente a explorar el área más próxima a la madriguera, antes de alejarse más del lugar, ya con cinco semanas.
Tras esas cinco primeras semanas de vida, los cachorros comienzan a acercarse a la entrada de la guarida y, pasadas otras dos semanas, se atreverán a alejarse para comenzar sus pequeñas exploraciones comenzando a buscar algo comestible. Los lobeznos suelen recibir lecciones de vida por parte de su "niñera", que es elegida por la hembra alfa antes del nacimiento de sus crías, con el fin de continuar con su cuidado y educación tras el destete, entre las cuatro y seis semanas de vida. Según la raza de lobo, la manada puede optar por criar a los lobeznos o dejarle el trabajo a la madre, lo que permite a la hembra alfa dedicarse de nuevo a dirigir la manada. Empiezan comiendo alimentos regurgitados y después de dos semanas, cuando les salen sus dientes de leche, se destetarán. Durante las primeras semanas de su desarrollo, la madre permanece con su camada sola, pero finalmente la mayoría de los miembros de la camada contribuirán en el cuidado de los cachorros de algún modo. Los lobeznos son instruidos en la comunicación a través de los aullidos a una edad temprana, tres o cuatro semanas aproximadamente, recibiendo comida y elogios como recompensa. Cada cachorro aprende a aullar según su rango.
Alimentación:
Los lobos se alimentan principalmente de ungulados de medio y gran tamaño, incluyendo ovejas, cabras, rebecos, cerdos, ciervos, antílopes, renos, caballos, alces, yaks y bisontes. Otras presas incluyen mamíferos marinos como las focas y ballenas varadas. El canibalismo entre los lobos ha sido documentado en tiempos de escasez de alimentos.
Los lobos evitarán una presa potencial que no se ajuste a lo que experimentaron durante sus vidas. Generalmente cuanta mayor discrepancia haya respecto a lo que están acostumbrados, mayor será su reticencia a explorarlo. Dicho comportamiento se intensifica si la nueva presa actúa con valentía, de forma asertiva y sin temor.
Reproducción:
Normalmente, sólo la pareja alfa puede procrear una camada de cachorros. El apareamiento tiene lugar entre enero y abril; a mayor latitud, mayor tardanza. En general, aumenta la agresividad de la hembra alfa hacia las hembras subordinadas. El aumento de estrés de las subordinadas, junto a la actitud y presencia de la hembra alfa, suele ser un estímulo inhibitorio para impedir que las demás hembras entren en celo.
El instinto reproductivo conduce a los lobos jóvenes fuera de sus manadas de nacimiento, yendo en busca de pareja y territorios. La dispersión ocurre en todos los momentos del año, siendo típicamente de lobos que han alcanzado la madurez sexual en la época de reproducción anterior. Durante la época de apareamiento, la reproducción hace que los lobos sean muy cariñosos anticipándose al ciclo de ovulación femenino. En general, la tensión en las manadas crece ya que cada lobo maduro se siente impulsado a aparejarse.
Cuando la hembra alfa está en periodo de receptividad sexual, lo cual ocurre una vez por año y dura de 5 a 14 días, ella y su pareja pasarán una gran cantidad de tiempo aislados. Las feromonas en la orina de la hembra y el hinchamiento de su vulva informarán al macho de la situación de la hembra. Ésta no es receptiva los primeros días del ciclo estral, durante los cuales perderá el recubrimiento interno de su útero. El pene del macho tiene en su interior una formación ósea conocida como hueso peneano o báculo, el cual tiene la función de facilitar la penetración inicial en la hembra, además de mantener la rigidez previa a la erección completa.
El macho montará a la hembra firmemente por detrás. Tras lograr el coito, los dos forman una cópula una vez que el bulbus glandis, un tejido eréctil del macho localizado cerca de la base del pene, se expande y los músculos de la vagina de la hembra se aprietan. La eyaculación se induce con los empujes de la pelvis del macho y la ondulación del cuello uterino de la hembra. Los dos estarán físicamente unidos entre 10 y 30 minutos, durante los cuales el macho eyaculará múltiples veces. Tras la eyaculación inicial, el macho levanta sus patas por encima de la hembra, quedando ambos mirando en direcciones opuestas. Se cree que es una medida defensiva ya que uno cuida la espalda del otro. El ritual de apareamiento se repite muchas veces a lo largo del breve periodo de ovulación de la hembra.
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